Una de las personas que compitieron fue el inventor norteamericano Wesley Hyatt, el cual desarrolló un método de procesamiento a presión de la piroxilina. Si bien Hyatt no ganó el premio, su producto patentado, con el nombre de celuloide, se utilizó para fabricar diferentes objetos.
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El primer paso: el celuloide
Con el celuloide se empezaron a fabricar distintos objetos como mangos de cuchillo, armazones de lentes y película cinematográfica. Sin este, no hubiera podido iniciarse la industria cinematográfica a fines del siglo XIX.
En 1909 el químico norteamericano Leo Hendrik Baekeland sintetizó un polímero de interés comercial, a partir de moléculas de fenol y formaldehído. Este producto podía moldearse a medida que se formaba y resultaba duro al solidificar. No conducía la electricidad, era resistente al agua y los disolventes, pero fácilmente mecanizable. Se lo bautizó con el nombre de baquelita, el primer plástico totalmente sintético de la historia.
Algo que Baekeland desconocía es que el alto grado de entrecruzamiento de la estructura molecular de la baquelita le confiere la propiedad de ser un plástico termoestable, es decir, que puede moldearse apenas concluida su preparación. En otras palabras, una vez que se enfría, la baquelita no puede volver a ablandarse.
Los resultados alcanzados por los primeros plásticos incentivaron a los químicos y a la industria a buscar otras moléculas sencillas que pudieran enlazarse para crear polímeros. En la década del 30, químicos ingleses descubrieron un termoplástico al que llamaron polietileno (PE). Hacia los años 50 aparece el polipropileno (PP).
El paso al plástico artificial
En los años 30 se crea la primera fibra artificial, el nylon. Su descubridor fue el químico Walace Carothers. Él descubrió que dos sustancias químicas formaban polímeros que bombeados a través de agujeros y estirados formaban hilos que podían tejerse. Su primer uso fue la fabricación de paracaídas para las fuerzas armadas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, extendiéndose rápidamente a la industria textil en la fabricación de medias y otros tejidos combinados con algodón o lana.
La revolución del plástico
Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto los aliados como las fuerzas del Eje sufrieron reducciones en sus suministros de materias primas. Alemania inició un gran programa que llevó al desarrollo de un caucho sintético utilizable. Mientras que con la entrada de Japón en el conflicto mundial cortó los suministros de caucho natural, seda y muchos metales asiáticos a Estados Unidos. La respuesta estadounidense fue la intensificación del desarrollo y la producción de plásticos. El nylon se convirtió en una de las fuentes principales de fibras textiles, los poliésteres se utilizaron en la fabricación de blindajes y otros materiales bélicos, y se produjeron en grandes cantidades varios tipos de caucho sintético.
Hoy día en el mundo, el plástico se ha fabricado con la finalidad de satisfacer las necesidades del hombre en la vida cotidiana que en siglos anteriores no se podía realizar. La palabra plástico se usó originalmente como adjetivo para denotar un cierto grado de movilidad y facilidad para adquirir cierta forma.