En el ámbito industrial actual, el plástico industrial desempeña un papel central y en constante evolución.
Su presencia en diversas aplicaciones es fundamental para satisfacer las exigencias cambiantes de la producción moderna. Desde sus usos iniciales hasta los desarrollos actuales, la relación entre el plástico y la industria ha experimentado una transformación significativa.
La versatilidad, durabilidad y maleabilidad del polímero sintético lo han convertido en un componente esencial en una amplia gama de sectores, que va desde la electrónica hasta la construcción.
A continuación, examinaremos de cerca cómo el plástico industrial ha influido en la estructura y operación de las cadenas de producción contemporáneas.
Tabla de contenidos
El primer plástico industrial
En 1909 el químico norteamericano Leo Baekeland sintetizó un polímero de interés comercial, a partir de moléculas de fenol y formaldehído. Este producto podía moldearse a medida que se formaba y resultaba duro al solidificar.
Además, no necesitaba la electricidad, era resistente al agua y los disolventes, pero fácilmente mecanizable. Se lo bautizó con el nombre de baquelita, el primer plástico totalmente sintético de la historia.
Los resultados alcanzados por los primeros polímeros incentivaron a los químicos y a la industria a buscar otras moléculas sencillas que pudieran enlazarse para crearlos.
Con el celuloide se empezaron a fabricar distintos objetos como mangos de cuchillo, armazones de lentes y película cinematográfica. Sin este, no hubiera podido iniciarse la industria cinematográfica a fines del siglo XIX.
El paso al plástico artificial
Este movimiento ha marcado un hito significativo en la evolución de los materiales industriales, redefiniendo la forma en que la sociedad aborda las necesidades de producción y consumo.
En los años 30 se crea la primera fibra artificial, el nylon. Su descubridor fue el químico Walace Carothers. Él descubrió que dos sustancias químicas formaban polímeros que bombeados a través de agujeros y estirados formaban hilos que podían tejerse.
Además, el cambio ha sido impulsado por una combinación de factores, incluyendo la versatilidad inherente del plástico, su capacidad para adaptarse a una variedad de formas y funciones, así como la búsqueda de alternativas más eficientes.
Plásticos en guerra: Un Impulso para la Producción
Durante la Segunda Guerra Mundial, tanto los aliados como las fuerzas del Eje sufrieron reducciones en sus suministros de materias primas.
Alemania inició un gran programa que llevó al desarrollo de un caucho sintético utilizable. Mientras que con la entrada de Japón en el conflicto mundial cortó los suministros de caucho natural, seda y muchos metales asiáticos a Estados Unidos.
La respuesta estadounidense fue la intensificación del desarrollo y la producción de plásticos. El nylon se convirtió en una de las fuentes principales de fibras textiles, los poliésteres se utilizaron en la fabricación de blindajes y otros materiales bélicos.
La revolución del plástico industrial
La versatilidad del polímero ha sido clave para su adopción generalizada en numerosos sectores, desde la fabricación de productos de consumo hasta componentes esenciales en la industria.
Hoy día, en el mundo, el plástico se ha fabricado con la finalidad de satisfacer las necesidades del hombre en la vida cotidiana que en siglos anteriores no se podía realizar.
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