Los elementos plásticos constituyen uno de los grupos de materiales más utilizado en la industria alimentaria como envases de alimentos. Por esta razón han sido objeto de un mayor control y seguimiento.
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Requisitos que deben cumplir los envases alimentarios para garantizar la seguridad del producto
Un envase alimentario es cualquier material que se utiliza para contener, proteger, distribuir y mostrar productos alimentarios, desde la materia prima hasta el producto terminado, y desde el fabricante hasta el consumidor. Resulta imprescindible que los materiales que se utilizan para su fabricación, que estén o puedan estar en contacto con los alimentos, garanticen la seguridad del producto. Entre los requisitos sanitarios que deben cumplir se les exige que no transfieran al alimento sustancias que sean tóxicas, como metales pesados, ni otras sustancias orgánicas o inorgánicas, como plastificantes, estabilizantes, pigmentos o solventes, que representen un riesgo para la salud.
El desarrollo de la tecnología, junto con la constante revisión que realiza la EFSA de los materiales en contacto con los alimentos, demanda actualizar este tipo de normas para garantizar la seguridad de los consumidores. Los materiales no deben ceder al alimento ninguna sustancia extraña que modifique sus características organolépticas ni perjudique la salud del consumidor.
El uso del plástico como herramienta para prevenir contaminación del producto
Existen muchas y variadas aplicaciones donde se pueden utilizar los plásticos técnicos tanto en el mantenimiento de las plantas como en la fabricación de maquinaria para el procesamiento de carne, pescado y aves.
En muchas ocasiones, los plásticos reemplazan metales o cerámicas. A veces son la única alternativa en aplicaciones técnicas poco comunes. Se suelen utilizar como engranajes, casquillos u otros componentes para maquinaria. Los plásticos pueden también estar en contacto directo con los alimentos, como por ejemplo, en sistemas de llenado, mezcladores y dosificadores.
A estos plásticos se les exigen estrictos requerimientos, en especial a aquellos que están en contacto directo con alimentos. El principal objetivo de las normativas de la UE y EE.UU. consiste en evitar cualquier efecto nocivo debido a la migración de sustancias.